El uso de los combustibles fósiles ha provocado un deterioro significativo en la capa de ozono debido a la gran cantidad de gases de efecto invernadero. Por eso es importante la búsqueda de estrategias más sostenibles, como es el caso de la gasificación.

Para un correcto tratamiento de los residuos, existen una serie de técnicas, entre las que destacan aquellas basadas en el tratamiento térmico. Las técnicas más conocidas son las de incineración y gasificación.

Importancia de la gasificación

La gasificación es un proceso mediante el cual una materia orgánica se transforma en un gas combustible. A diferencia de la incineración, que trabaja en exceso de oxígeno, en este proceso se emplea tan solo el 25-30% del oxígeno necesario para la combustión completa de la materia orgánica. Lo cual conlleva una serie de ventajas medioambientales.

La energía química contenida en la materia orgánica se convierte en energía química contenida en un gas. Este gas se puede utilizar como combustible para la obtención de energía en motores, turbinas de gas o calderas. Las cenizas pueden considerarse un residuo o bien valorizarlas, usándolas como material de construcción, fertilizante, etc. Si la materia orgánica es un residuo con bajo contenido en cenizas y estas no son aprovechables, se habrá conseguido, en cualquier caso, minimizar considerablemente el volumen de residuo al tiempo que se inertiza y se aprovecha su contenido energético.

Como se puede comprobar, la gasificación es una técnica eficaz para reducir el volumen de residuos sólidos y recuperar su energía, convirtiéndose en la vía más adecuada para la obtención de energía eléctrica y térmica en el marco del desarrollo sostenible.

En Barreal sabemos que este proceso en muy importante. Por ese motivo participamos en el proyecto de investigación para la gasificación de la biomasa (Ciudad de la Energía «CIUDEN») con el sistema de evacuación de sólidos para planta de gasificación.