Cuando se manipulan productos en la industria alimentaria y de bebidas, asegurarse de que se preserva la calidad del producto suele ser la máxima prioridad tanto para los fabricantes como para las empresas. Ya se trate de eliminar partículas de gran tamaño o aglomerados, los filtros industriales son, sin duda, una herramienta importante.

¿Qué tipos de filtros existen?

Cuando hablamos de filtración en la industria alimentaria, al igual que hay muchos tipos diferentes de productos alimenticios y bebidas, también hay muchos tipos de métodos de filtración. Los procesos de filtración como la filtración por cartuchos (que utilizan materiales no tejidos, tejidos o de malla) se basan en la gravedad o la presión para dejar pasar el líquido o el material sólido. Estos elementos filtrantes, o «microfiltros», son una de las partes más importantes.

Existen otras tecnologías, como la filtración por membrana, a menor escala, que pueden filtrar productos hasta un nivel submicrónico, y suelen ser más adecuadas para la filtración de agua.

Ventajas de la filtración de alimentos y bebidas

La filtración es, en gran medida, un proceso de fabricación industrial que minimiza la contaminación de un producto mediante la eliminación de impurezas y la protección de su calidad.

Se prevé que el mercado de la filtración industrial alcance un gran valor durante este año. Debido a ello, se están desarrollando tendencias que afectan no sólo a los alimentos que comemos, sino también a cómo se producen.

Estos datos son relevantes para que la filtración industrial siga siendo eficiente. No sólo hay que tener en cuenta el tipo de aplicación, es decir, la viscosidad o el tamaño y concentración de las partículas (si se trata de una aplicación más sólida), sino también el diseño de la máquina de filtración.

Elige en el que mejor que se ajuste a tus necesidades

En CM Barreal ofrecemos filtros que actúan en la separación del sólido. Esta se efectúa haciendo pasar el aire con partículas en suspensión mediante un ventilador, a través de la tela que forma la bolsa; de esa forma, las partículas quedan retenidas entre los intersticios de la superficie filtrante.

Como ya hemos mencionado, el material del tejido del filtro debe adaptarse al uso deseado y las condiciones existentes como la temperatura o la presencia de compuestos corrosivos. El tamaño de los poros limita el tamaño mínimo de las partículas retenidas. El polvo acumulado debe tratarse adecuadamente. En algunos procesos puede ser devuelto al proceso de fabricación.